Bienvenidos a Chiquipandy

    Es un centro privado orientado a la educación, cuidado y atención de los niños y niñas entre 0 y 3 años.
 
    Nuestra Escuela tiene como objetivo una educación activa, personalizada e integral que atiende todos los ámbitos del niño. Dando prioridad a la atención personal de cada uno y su desarrollo.
 
    Nos basamos en un aprendizaje activo del medio que rodea al niño, a través de sus propias experiencias. Utilizando como medio principal el aprendizaje mediante el juego ya sea libre o dirigido.
 
La finalidad de nuestro proyecto educativo es el desarrollo de la personalidad de cada niño.
 
    La Escuela Infantil Chiquipandy ofrece un entorno natural, creativo y cariñoso llevado a cabo por profesionales de la Educación Infantil.
  
    Nuestro interés es poder cubrir las necesidades de los habitantes de esta población y las colindantes, para que sus hijos puedan tener un sitio donde estar bien cuidados, divertirse, aprender y sobre todo ser felices.
 
    Por ello escuchamos cualquier propuesta.
 
    Consúltenos y lo resolveremos.

El Desarrollo Temprano y la Importancia de la Educación Infantil

   
     La inmensa mayoría de las habilidades que ponemos en práctica a los largo del día se basan en aprendizajes que hemos realizado en los tres primeros años de vida. Esta etapa es un periodo de grandes cambios y de logros que nos van a acompañar a lo largo de nuestra existencia.
    En lo que se refiere al desarrollo motor, nacemos con una escasa capacidad de movimiento voluntario. Sin embargo, desde el principio van a darse logros que van a propiciar la construcción de nuestras habilidades cognitivas y sociales.  Así, debemos mirar cada avance en este aspecto no sólo como una capacidad en sí misma, sino como una habilidad que proporciona a su vez la posibilidad de desarrollar otras capacidades progresivamente más complejas.

    La capacidad de sostener la cabeza y de dirigir la mirada hacia los elementos relevantes del entorno favorecen el aprendizaje y la interacción social desde momentos muy tempranos. Del mismo modo, la capacidad de permanecer sentado/a sin apoyos, que se produce en el segundo semestre de vida, favorece que los niños y niñas puedan liberar las manos  y descubrir todo un mundo de objetos con los que interactuar. La marcha autónoma contribuye a dicha independencia y autonomía.

    Ni el desarrollo motor ni el desarrollo comunicativo y lingüístico se producen de manera automática, pues es necesario un contexto de interacción personal que lo permita y que lo favorezca. Durante los primeros meses la información se transmite mediante sistemas como el llanto y el contacto físico, ligados al aquí y al ahora. Pero poco a poco incorporamos herramientas que nos permiten actuar a distancia, hablar de personas, objetos y eventos que no están presentes. El balbuceo y los gestos iniciales se van transformando y acaban conviviendo con las primeras palabras, que, a lo largo del tercer año, comienzan a combinarse para poder transmitir significados distintos. Los niños y las niñas no aprenden las palabras en el vacío, los adultos favorecen la construcción y el uso de herramientas lingüísticas, ya que crean situaciones que se adaptan al nivel atencional de bebés y niños y niñas pequeñas.

    La escuela infantil puede convertirse en un contexto de interacción privilegiado, ya que niños y niñas tienen la oportunidad de escuchar y ser escuchados. Las rutinas, las canciones, la lectura de cuentos, los juegos, los rincones… y la forma en que las educadoras se dirigen a los más pequeños de manera individual o de manera colectiva suponen plataformas para ir construyendo el lenguaje.

    A medida que los contextos de acción e interacción del niño/a se vayan ampliando, lo harán del mismo modo los vínculos afectivos. Las reacciones emocionales se verán diferenciadas dependiendo del bebé, del otro, y de la situación concreta a la que se enfrenten, lo que supone un reto desde el punto de vista de la educación.

    Las emociones son el motor que orienta y desarrolla las transacciones con el medio. Las emociones son un proceso complejo, e influyen del mismo modo en el desarrollo motor y  cognitivo.

    El objetivo principal de la escuela infantil es acompañar en todos los aprendizajes que en los primeros años de vida deben favorecer un desarrollo integral y equilibrado de su persona.

    En estos primeros años niños y niñas van a pasar de depender totalmente del adulto, a ser parcialmente ayudados por él y posteriormente relativamente autónomos. La autonomía contribuye al desarrollo de sentimientos de competencia (soy capaz) y auto-eficacia (lo hago bien) necesarios para la formación de una imagen positiva de uno mismo.

    Por ello, la figura de los adultos que están con niños y niñas se vuelve fundamental; se trata de un adulto en quien el niño   pueda confiar para la la satisfacción de sus necesidades. Alguien que le procure actividades estimuladoras y con la complejidad ajustada a sus capacidades en cada momento. Este papel educador se irá complejizando según el niño o la niña vaya creciendo, al añadirse la mediación con los otros, con los iguales.

    Otros enlaces relacionados:

 

www.etapainfantil.com

 

www.educapeques.com   

 

Becas de la Comunidad de Madrid

 
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